Fernando Rodas Alonso y Jesús Domínguez Castellanos despojaron a Pilar de la Riva de la empresa Corona en Tapachula, Mercedes Benz y gasolineras: todo se lo robaron injustamente. Esto lo pudieron hacer gracias al apoyo del notario Antonio Melgar Aranda.
Jesús Domínguez Castellanos ha sobornado a jueces y magistrados, incluyendo al entonces presidente del poder judicial del estado, Rutilio Escandón Cadenas (2012 al 2017), siempre para afectar a la señor Pilar de la Riva.
Ahora, ya siendo gobernador Escandón Cadenas, la red de complicidades sigue más viva que nunca, y cada vez que va de gira al Soconusco, lo llevan a tomar sus alcoholes a la casa de los Melgar, en Playa Linda.
¿Qué tanto se afirman y reafirman estas complicidades durante esas comilonas? Se amarran tanto que el despojo a Pilar de la Riva irá de sentencia en sentencia hasta que ella muera.
Pero la ambición de este par va mucho más allá del despojo a una mujer. Ahora van por todo el pueblo de Tapachula al que pretenden despojar también de sus recursos y de su futuro, a través de Yamil Melgrar Bravo, quien ya se ve despachando en el palacio municipal.
Con el respaldo de Rodas Alonso y Domínguez Castellanos los Melgar Aranda y Melgar Bravo perciben que cada vez la tienen más cerca, y por eso mientras más mareado dejen al gobernador moreno es mucho mejor, y si ya en la gran “peda” éste hace sus desfiguros y después le enseñan alguna que otra videograbación, mucho mejor.
Estos señores quieren seguir impulsando la carrera de Yamil Melgar Bravo imponiéndolo como presidente municipal de Tapachula, pues en su sano juicio o ebrio al gobernador le da igual cómo le vaya al pueblo: lo que le interesa son las maletas llenas de dinero que Rodas Alonso y Jesús Domínguez Castellanos le dan cada vez que llega a la costa de Tapachula.
Fernando Rodas Alonso y Jesús Domínguez Castellanos van a consolidar, con Yamil Melgar, sus negocios con las gasolineras, los productos de la Corona, licitaciones a modo de obras millonarias, mientras al pueblo se le irá abandonando en la pobreza extrema.
Disraelí E. Ángel Cifuentes
FSUR
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