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'Es como si se las hubiera tragado la tierra': madre de joven trans desaparecida en Jalisco

Kenia Duarte Pérez, de 20 años, quien desapareció junto con su amiga Karla García Duarte el pasado 18 de septiembre, es estilista. Ama tanto su trabajo que cuando atiende a sus clientes pasa ratos en silencio. Una vez su mamá le preguntó por qué no platicaba, la joven le respondió que se concentraba tanto en su labor que se olvidaba de todo. 



El sueño de Kenia, joven trans, cuenta Ana Duarte, su madre, es tener su propio estudio de estilismo y llenarlo de maquillajes y colores. Mientras podía hacer eso, atiende a sus clientes en su casa, donde vive con su mamá y sus dos hermanos. 

Otro sueño de Kenia es terminar la preparatoria, que dejó tiempo atrás cuando apenas cursaba el primer semestre. Su otro anhelo es viajar de Zapopan, Jalisco, donde vive, a la Ciudad de México para poder hacer el trámite gratuito de su cambio oficial de nombre. A los 15 años, Kenia eligió que quería llamarse así e identificarse como mujer.  


“Kenia siempre tiene planes, sueña con muchas cosas. Y yo le decía que la iba a apoyar en eso de montar su estudio para que no tuviera que trabajar para nadie más que para ella. También le decía que me esperara un poco para poder ir a la CDMX a hacer el trámite del cambio de nombre. Estábamos ahorrando para el viaje”, dice Ana, que labora como trabajadora del hogar. 


Todos esos planes se han quedado en pausa, igual que la vida de Ana. 

El 18 de septiembre pasado, Kenia Duarte Pérez y Karla García Duarte, de 22 años (también joven trans), se reunieron con algunos amigos en la zona conocida como Cinco esquinas en el municipio de Zapopan. Se fueron a las 23:15 de ahí. Sus familias no las han vuelto a ver desde esa noche. 


“Es como si se las hubiera tragado la tierra. Nadie las vio. En las investigaciones de las autoridades no hay avances. El 28 de septiembre pusimos la denuncia y de entonces a la fecha no hay pistas, no me dicen nada”, cuenta la mamá de Kenia. 


La Fiscalía de Jalisco dijo a Animal Político que la investigación del caso está abierta y no puede dar más detalles del caso.


A Ana su hija le dijo que esa noche iría a una fiesta con su amiga Karla. “Le dije que no fuera, que a qué iba, que si no veía cómo estaba todo. Me dijo que solo iría un rato y se regresaba. A la 1 de la mañana le mandé un mensaje, le puse: ¿a qué horas, Kenia? Me respondió: sí, mamá, ya en un rato voy”. 


Fue la última vez que Ana supo algo de su hija.  Después de ese último mensaje, le llamó, pero Kenia ya no respondió. Su última conexión en WhatsApp marcaba a la 1:07, unos minutos después del “sí, mamá, ya en un rato voy”. 


Con la preocupación encima, Ana se fue a trabajar al otro día. Como Kenia no regresó en todo el sábado, su familia la empezó a buscar, empezaron a preguntar con los amigos. 


“Nos dijeron que habían estado ahí en el punto este que se conoce como Cinco esquinas. Los amigos dijeron que llegaron ahí ellas y las invitaron a ir a una fiesta, pero nadie quiso acompañarlas porque al otro día debían trabajar. Se fueron a las 23:15 pm y no volvieron a saber de ellas”, dice Ana. 


El domingo, la mamá de Karla acudió a la casa de Kenia para ver si ahí sabían algo de las chicas. Las dos jóvenes trans eran amigas desde la adolescencia. Incluso Karla vivió un tiempo en la casa de Kenia. 


Aunque las familias las estuvieron buscando, nadie les supo dar razón de ninguna de las jóvenes. “Me esperé unos días para poner la denuncia porque tenía la esperanza de que volverían, aunque de haberse querido ir a algún lado, mi hija me hubiera dicho, nosotras teníamos buena comunicación. Ella no me hubiera preocupado así”.


Fue el lunes 28 de septiembre cuando Ana interpuso una denuncia ante la Fiscalía Especializada en Personas Desaparecidas de Jalisco. Hasta ahora no le han comunicado sobre ningún avance en la investigación. 


Debido al tiempo transcurrido desde la desaparición de las dos jóvenes y ante la ausencia de resultados en los procesos de búsqueda de las víctimas e investigación del delito, las organizaciones Litigio Estratégico en Derechos Humanos (IDHEAS) y Unión Diversa de Jalisco (UDJ), con base en el artículo 30 de la Convención Internacional para la Protección de Todas las Personas contra las Desapariciones Forzadas, decidieron acudir a las Naciones Unidas para denunciar los casos y exigir la pronta localización de las víctimas.


Entre otras medidas solicitaron al Comité contra las Desapariciones Forzadas de las Naciones Unidas (Comité CED) exhortar al Estado mexicano a realizar todas las acciones de búsqueda necesarias y adecuadas para determinar el paradero y la suerte de las dos mujeres trans desaparecidas, así como asegurar la inclusión de un enfoque diferenciado y de género y la aplicación del principio de no discriminación. 


También solicitaron asegurar una efectiva coordinación entre los procesos de búsqueda y de investigación penal, y el acceso periódico de las familias a la información sobre las diligencias realizadas y los resultados obtenidos, entre otros aspectos.


En la petición, las organizaciones civiles advirtieron al Comité CED sobre el contexto generalizado de desapariciones en el estado de Jalisco, en el que se registra oficialmente un total de 11 mil 263 personas desaparecidas, cifra que ubica a la entidad como la segunda con más casos en el país. 


Además, alertaron al Comité CED sobre la grave crisis de violencia en contra de la comunidad LGBTTTIQ en México, particularmente en contra de las mujeres trans, quienes viven en condiciones de extrema estigmatización, precarización y marginación como consecuencia de la violencia de género y de las desigualdades en las estructuras económicas y culturales.


El municipio donde desaparecieron Karla y Kenia, Zapopan, es el segundo municipio con el mayor número de casos de personas desaparecidas en Jalisco, con 2 mil oficialmente reportados, de los cuales 580 son mujeres, señala Jeremy Renaux, subdirector de IDHEAS.


Pero las cifras en realidad dicen poco, ataja, porque hay un subregistro. “Cuando revisas las cifras en el Registro Nacional de Personas  Desaparecidas aparecen solo 21 personas de la comunidad LGBTTTIQ que han desaparecido en México entre los años 60´s y el 5 de octubre de este año”, señala Renaux.


El número, agrega, no refleja la cantidad real porque muchas veces no se toma en cuenta la orientación sexual o la identidad de género de las personas cuando se levanta la denuncia. 


La organización Letra S documentó en una investigación que entre 2012 y 2018 se habían cometido 473 crímenes de odio. Más de la mitad (261) fueron en contra de mujeres trans.


Sobre si hay algo que explique esta violencia, Renaux precisa que es parte del contexto de violencia de México, entrelazado con la violencia de género y el machismo. 


“Es que ellas rompen con muchas cosas. Imagínate: una persona que nace como hombre y dice no, yo me identifico como mujer y voy a vivir como mujer, eso es como una bofetada para el patriarcado, por eso creo que ellas sí concentran de alguna forma todo este odio que existe en México hacia la mujer y hacia la comunidad LGBTTTIQ, porque sí podríamos hablar de un odio por los crímenes que estamos viviendo y la violencia de los asesinatos”. 


Respecto a la actuación de las autoridades, Renaux alerta que hay mucha opacidad en general en los procesos de investigación a nivel nacional.


“En muchos casos hay demora para recibir la denuncia, no se entrega una copia de esta a las familias, no se les permite un acceso al expediente, no se les informa sobre las diligencias de búsqueda e investigación que se realizan y por lo tanto las familias no pueden monitorear la labor que está realizando la fiscalía”. 


En el caso de estas dos muchachas, precisa Renaux, “nos informó la mamá de Kenia que sí pudo tener una copia de su denuncia, pero a raíz de que le dijimos que fuera a la fiscalía a solicitarla. Solo porque la pidió se la dieron, cuando es un derecho de las víctimas tenerla y también el acceso al expediente. Esto es un derecho reconocido en la Ley General de Víctimas desde 2017 y en la recién aprobada Ley General en Materia de Desaparición Forzada y Desaparición por Particulares”.


Renaux señala que también les preocupa que en estos casos de desaparición de mujeres trans, a las familias no se les haya asignado un asesor jurídico por parte de la Comisión de Víctimas, lo que también es un derecho reconocido por ley. 


“Esta omisión del asesor jurídico es grave porque es importante que las víctimas tengan una buena representación legal, porque, por ejemplo, si la fiscalía del estado no quiere realizar ciertas diligencias de búsqueda o de investigación, el asesor jurídico puede intervenir solicitando realizarlas o presentar amparos ante un juez para obligar al MP a realizar estas diligencias. Así que muchas veces la fiscalía omite señalar a las familias que hay asesores jurídicos porque lo ven como alguien que va a estar obstaculizando o vigilándolos y eso es grave”.


La Fiscalía Especial en Personas Desaparecidas (FEPD) informó hoy que otra joven trans que se había reportado como desaparecida la misma noche que desaparecieron Karla y Kenia ya fue localizada. 


Esta madrugada, señala un comunicado de la FEPD, la familia de Dafne notificó a la autoridad que la joven trans llegó a su casa. De acuerdo al parte médico que se emitió después de revisarla, no presenta huellas de violencia. 


La mamá de Kenia espera que ella y su amiga Karla también vuelvan a casa y pide a cualquier persona que tenga información de su paradero comunicarse a los teléfonos que aparecen en la ficha que se emitió para localizar a las dos jóvenes como parte del protocolo Alba.


Lo que hacemos en Animal Político requiere de periodistas profesionales, trabajo en equipo, mantener diálogo con los lectores y algo muy importante: independencia.

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