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La clase política reciclada por MORENA en Chiapas es conservadora, lleva generaciones en el poder

La misma chucha, solo revolcada


Desde Los Altos

Fredy López Arévalo



“El que no contribuya a la transformación de México, el que está a favor del inmovilismo, del status quo, es conservador, se dedique a la política o se dedique al periodismo”.

Son palabras del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador (AMLO).


VERGÜENZA debería tener, Señor Prejidente, porque si alguien encarna el inmovilismo, si alguien mantiene el status quo, por lo menos en Chiapas, es el MORENA, partido que lo llevo a sentarse en la Silla del Águila. Son sus aliados, Señor Prejidente: viejos priistas-verdeecologistas-perredistas ahora en MORENA, empezando por Carlos Morales Vázquez, el otrora cargamaletas de ‘La Bruja’ Eduardo Robledo Rincón, enriquecido político chiapaneco, dueño de más de una docena de expendios de gasolina de Pemex; el mismo que le robó la elección al periodista Amado Avendaño Figueroa, se sentó tan solo 66 días en Palacio de Gobierno, en Tuxtla Gutiérrez, después de haber rendido protesta y dimitió, y luego el ex presidente Ernesto Zedillo lo mandó de embajador a Argentina y a su regreso a México lo nombró secretario de la Reforma Agraria.



Foto: Carlos Morales en un antiguo promocional de campaña del PRD. Especial.


Atinó usted: el papá del actual director general del IMSS, Zoé Robledo Aburto, ex diputado local, ex Senador de la República y ex diputado federal por ‘arte y magia’ de los ex gobernadores Juan Sabines Guerrero y Manuel Velasco Coello.



Foto: Eduardo Robledo Rincón (derecha), padre de Zoé Robledo, con Manuel Velasco (izquierda). Especial.


Es la misma ‘clase política’ reciclada (la misma chucha, pero revolcada) que ha medrado del erario público desde los gobiernos de Juan Sabines Gutiérrez, Absalón Castellanos Domínguez, y otros desde enantes.

Nada parece cambiar, solo se reciclan.


¿No es eso a lo que el Señor Prejidente llama inmovilismo?


Es, también, el caso del comiteco Juan Carlos Bonifaz Trujillo, presidente de la Gran Comisión de Congreso del estado en tiempos de Patrocinio Gonzalez Garrido, y luego diputado federal por el PRI; y el pichucalqueño Francisco Zorrilla Rovelo, alto funcionario público en tiempos de Juan Sabines Gutiérrez, Absalón Castellanos Dominguez y Manuel Velasco Coello. También ex diputado federal por el PRI.


Dice un mi sobrino: “Son veleros de alta mar, van por donde sopla en viento”.


Ellos son los aliados actuales de AMLO en Chiapas. Es el MORENA quien le apuesta al inmovilismo y a la involución y a la perpetuidad, a mantener el status quo, porque ellos lo encarnan. Y Carlos Morales Vázquez, alcalde de Tuxtla Gutiérrez, y su hermano Plácido Morales Vázquez, ex líder del PRI en Chiapas, ex coordinado de Gabinete y ex secretario de Pesca con Manuel Velasco Coello, y actual presidente del Tribunal de Justicia Burocrático de AMLO, son el más claro ejemplo de ello.


Todoooos ex priiistas y ahora cabezas de playa de la 4T y el ‘gobierno digno’ del MORENA en México, con AMLO como Prejidente de la República.

Claro, por eso financian a la ‘prensa tradicional’, escrita y hablada, la radio y tv, que los encubre, los alaba, les aplaude y les permite seguir en el inmovilismo, medrando del erario, acumulando riquezas y bienes como si fuesen a vivir 150 años.

¿No es ese el status quo del que habla el Señor Prejidente o será que tiene ‘otros datos’?


Y les siguen sus vástagos, porque los colocan con discreción -al margen de la ley- al lado de otros políticos o servidores públicos encumbrados para que vayan haciendo escuela y luego escalen en posiciones políticas y de gobierno que al paso de los años van dejando pavimentado para ellos.


Así Carlos Morales Vázquez tenía a un su trompudito del mismo nombre en la oficina privada de José Antonio Aguilar Bodegas, siendo este secretario del Campo en el gobierno de Manuel Velasco Coello.

Ciertamente: Carlos Morales Vázquez, presidente de Tuxtla Gutiérrez, hoy día aún tiene a su hijo Carlos Morales Jr. de director en una área de la extinta Secretaria del Campo hoy secretaria de Agricultura y Ganadería.


“A él no lo movieron con el cambio de gobierno”, dice una fuente. “Sigue en la subsecretaria de Reconversión Productiva fusionado con la Subsecretaria de Comercialización. El Ing. Humberto Limón, quien es el Subsecretario ya lo había corrido pero al otro día llego la instrucción desde el segundo piso de Palacio de Gobierno, donde despacha Ismael Brito Mazariegos, de que se quedaba Carlos Morales Jr. y se quedó”, añade otra fuente.


¡Habrase visto semejante cinismo, desfachatez, y descaro!

Para estos personajes, según el propio AMLO machaca y hace bien: ‘la moral es un árbol que da moras’.


‘La problema’ es que AMLO no voltea hacia dentro, no es autocrítico, y no ve lo que no quiere ver, y no hurga, porque mirar hacia adentro podría llenarlo de espanto, solo procura convencer al empobrecido pueblo de México en que algo cambio, pero la verdad-verdadera es que todo sigue igual y aún peor, porque el horizonte económico del país es incierto y muy preocupante.

¿Por qué el Señor Prejidente no reseña en sus conferencias mañaneras cuánto del dinero que entra a la Hacienda Pública se va al pago del servicio de la deuda externa y deja las finanzas públicas enclencles y temblando?


“Así es...”, me confirma desde la Ciudad de México Maritza Mandujano, la comiteca fundadora del MORENA desplazada en la alianza de AMLO con el PVEM en Chiapas cuando ya era candidata al Senado de la República, pero fue echada a un lado para encumbrar a Sasil de León Villard y a Eduardo Ramírez Aguilar, hoy ambos en el Senado de la República bajo las siglas del extinto PES y del MORENA, de manera respectiva.


Foto: Eduardo Ramírez Aguilar, hoy de Morena, en una vieja campaña con el Partido Verde. Especial.


“Yo soy Consejera Nacional, espero poder platicar personalmente contigo y decirte cómo están las cosas al interior del partido. Es preocupante...”, me escribió en un intercambio de mensajes por wathsapp.

¡No cabe la menor duda de que los chiapanecos si ‘semos pendecos’! ¡Como nos dejamos engañar tan fácil!


Todo por la complicidad, conveniencia, amasiato con los medios tradicionales y un aluvión cada vez mayor de ‘reporteros’ que los graban en modo video con un celular, transcriben sus discursos y reseñan sus actos y sus vidas sin un sentido crítico y analítico.


Es el clásico ‘arreglo comercial’ de ‘el que paga manda’.

Fueron muchos los mensajes que recibí abundando sobre el tema y uno solo, un empresario llantero de Villaflores, el que parece estar dispuesto a meter las manos al fuego por uno de estos personaje.


“Carlos es honrado”, dice.

Pero los más abundan en pruebas que hunde a los hermanos Plácido Morales Vázquez y Carlos Morales Vázquez, de quienes, al parecer, el Señor Prejidente tiene ‘otros datos’.


“Mucho dice las biografias de la clase politica de México, siempre cargada del ejercicio del Poder y de sus perfumes: el "Tráfico de Influencias", reseña uno de los lectores de la columna ‘Desde Los Altos’.


“La familia Morales Vázquez -que planteas en tu artículo- es beneficiaria de ello, todo, absolutamente todo se lo deben al Tráfico de Influencias y nada a sus Méritos... la historia comenzó con su tía Divina María Morales, esposa de Fernando Gutiérrez Barrios... Toda la familia (tíos, sobrinos, hijos, etcétera) fue partícipe de esa relación y sus beneficios políticos... Nada habrían logrado por sus capacidades, nada.”, afirma un economista chiapaneco que reseña lo anteriormente expuesto.

Otro chiapaneco, empresario hotelero, abunda: “Cuando Plácido terminó su periodo como presidente del PRI en Chiapas, José Antonio Aguilar Bodegas, presidente entrante, lo acusó de un fraude al partido por 200 millones de pesos. Situación que nunca comprobó ni aclaró. Para muestra un botón”, aguijonea.


Uno más que leyó lo expuesto en la columna ‘Desde Los Altos’, abunda: “También que a Plácido cuando lo corrieron del PRI por haberse chingado las prerrogativas que fueron cientos de millones de pesos “desaparecidos” como por arte de magia. Luego Carlos Morales se salió del PRI porque a su hermano Plácido no lo dejaron como gobernador, en cambio le ganó Julio César Ruiz Ferro, y esa fue la rabieta por la cual cambiaron de color, pero no de teta. Así es que son vividores políticos a sueldo.”


Desde VIllaflores nos dice un lector de ‘Desde Los Altos’: “Placido se chingó un fideicomiso del PRI cuando fue líder, creo que en tiempo de Eduardo Robledo Rincón”.

Hay pues mucha tela de donde cortar, pero eso lo calla y censura la prensa tradicional y los ‘reporteros’ que solo cobran por poner play en el celular dispuesto en modo de videocámara. Son pues los intereses comunes, comerciales, lo que hace la conivencia entre la política y la prensa, el Cuarto Poder, lo que permite lo que el Señor Prejidente trata de explicar al jodido pueblo mexicano en sus conferencias mañaneras:

“El que no contribuya a la transformación de México, el que está a favor del inmovilismo, del status quo, es conservador, se dedique a la política o se dedique al periodismo”.


EN MI DIARIO CAMINAR por Chiapas observo a mujeres y hombres, incluso a niños y niñas, en su mayoría indígenas, transitar por veredas y caminos rurales con un tercio de leña detrás de la espalda, sujeto de un mecapal desde la cabeza. Conozco pequeñas aldeas donde aún viven en chozas de palos, sin energía eléctrica, sin agua entubada, distantes unos cuantos kilómetros de los principales centros de población, como San Cristóbal de Las Casas, Tuxtla Gutiérrez, Tapachula, Comitán y Palenque. Son imágenes que me remontan 500 o 1000 años atrás, por decir algo.


Es cuando pienso que los chiapanecos tenemos que recapitular nuestro devenir histórico para poder visualizar el futuro. Nos encontramos en un bache histórico, insondable, que es fuente de permanente violencia. La irrupción del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) el 1 de enero de 1994 con su ¡Ya basta!, fue y sigue siendo una campanada de alerta, porque lo arriba descrito sigue siendo parte de una realidad lastimosa que nos obliga a repensar hacia dónde queremos que la barca vaya.


Chiapas es un estado escindido entre indios (30%) y mestizos (70%). Esa es la realidad cotidiana a lo largo y ancho de sus 73.311 km² de territorio, incluyendo pequeñas y grandes ciudades, que recienten los efectos de la migración campo-ciudad.

Sin dudas que en los últimos 50 años en Chiapas se ha mejorado la comunicación y la interconexión carretera entre pueblos, ciudades y regiones; la red de educación y salud pública llega a más chiapanecos; lo mismo la electrificación, telefonía celular, conectividad satelital y demás. Pero la corrupción de su clase gobernante es insondable, como el bache histórico en el que nos encontramos, o quizá el bache histórico se deba a ello. ¿Dónde está tío Prejidente que volteé a vernos con otros ojos, una mirada distinta al que le reseñan sus aliados políticos?


Lo más grave aún es que la justicia siempre es laxa contra quienes no alcanzan a dimensionar la enorme responsabilidad que representa conducir el destino de Chiapas, o de cualquiera de sus 122 (ahora 125) municipios en que está dividido política y geográficamente.


En la Cuarta Declaración de la Selva Lacandona, el EZLN dejó muy en claro sus reclamos y exigencias: "Techo, tierra, trabajo, pan, salud, educación, independencia, democracia, libertad, justicia y paz. Estas fueron nuestras banderas en la madrugada de 1994. Estas fueron nuestras demandas en la larga noche de los 500 años. Estas son, hoy, nuestras exigencias."


Video: Cuarta Declaración de la Selva Lacandona.



El tejido social en Chiapas está roto, necesita ser reconstituido, pero quienes asumen la responsabilidad de administrar la cosa pública, hacen como que no ven o simplemente no entienden el devenir y el momento histórico que les tocó vivir.

Y seguimos dando tumbos, anclados en el subdesarrollo, arrastrando resabios de siglos, como a esas mujeres y hombres, incluso niños y niñas, en su mayoría Indígenas, que observó a diario transitar por veredas con un tercio de leña detrás de la espalda, sujeto de un mecapal desde la cabeza. Sin acceso a la educación. Sin acceso a la salud. Sin derecho a una vida decorosa, digna, con su techo de palma y su suelo de tierra, sin energía eléctrica y sin agua entubada. Trasladando a pie, en hamacas, a sus enfermos por kilómetros de veredas y brechas sin asfaltar, para llevarlos a morir a clínicas dónde lo único que hay es Paracetamol para aliviar el dolor... mientras otros, unos cuantos, se llenan los bolsillos con los 83 mil millones de pesos que año tras año envía la Federación a Chiapas para su desarrollo.


La pregunta para el Señor Prejidente es simple, y no se lo hago yo, dejo que se lo haga desde el pretérito Albert Einstein: “Locura es hacer la misma cosa una y otra vez esperando obtener diferentes resultados".


Es predecible la respuesta de AMLO: “Ese gallo quiere maíz”.


Fredy López Arévalo


Fsur

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