Al menos cinco muertos, una veintena de heridos graves y un clima de zozobra es lo que se vive en el municipio de Tila, Chiapas, a pesar de ser un conflicto añejo, pero olvidado por el gobierno del Estado.
No son los únicos heridos ni los únicos muertos derivados de la falta de operación política de la Secretaría de Gobierno, a cargo de Ismael Brito Mazariegos, responsable de la gobernabilidad interna en la entidad.
Es el resultado de un Secretario General de Gobierno cuya única prioridad son los amarres políticos con rumbo a las elecciones del 2021, donde también figurar para un puesto de elección popular.
No se tienen mesas de atención y de diálogo para resolver los conflictos internos en los municipios, sino mesas políticas para la pepena de candidatos a los partidos políticos que irán de la mano del gobierno del estado.
Lo que ocurrió este viernes no es un hecho aislado, sino la constante que se vive en un gran número de municipios donde las confrontaciones entre grupos y organizaciones están dejando más muertos que los que dejaría una guerra.
Ismael Brito Mazariegos debe renunciar si no se quiere que Chiapas entre a un estado de descomposición social ante las falencias de una dependencia que hizo a un lado sus obligaciones sólo por ambiciones políticas.
Disraelí E. Ángel Cifuentes
FSUR
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