De acuerdo a Edwin Santos, la crisis económica en su país se incrementó durante la pandemia, y ahora que Guatemala abrió su frontera, esperan atravesar esa nación en las próximas horas, hasta llegar a la frontera con México.
“Ya bajó el problema del virus, ya bajaron los contagios, Guatemala (el primer país que deben cruzar) ya tiene el paso abierto y nosotros tenemos que buscar nuestro camino. No podemos seguir sin dinero, encerrados en Honduras”, explicó en entrevista telefónica, mientras compraba un boleto de autobús, para llegar a la frontera conocida como Aguacaliente.
El gobierno de Guatemala suspendió el pasado 18 de septiembre el decreto que declara como “estado de calamidad” al país, a raíz de los contagios del coronavirus COVID-19. Con esta medida, abrió las fronteras que habían permanecido cerradas desde mediados de marzo.
Sin embargo, el Ministerio de Salud guatemalteco exige a quien quiera internarse, debe presentar un certificado con el resultado de la prueba llamada PCR, que detecta la presencia del virus en el cuerpo.El resultado debe ser negativo, y tiene una vigencia de dos semanas. El gobierno guatemalteco dijo que quien no tenga esa prueba, no podrá ingresar al país.
En México, el Instituto Nacional de Migración (INM) reforzó a su personal con agentes migratorios de otras partes del país, para que se trasladen a las fronteras de Guatemala con Chiapas y Tabasco.
También, a través de un comunicado, dijo que el gobierno mexicano no promueve o regulariza el ingreso de caravanas de personas migrantes. Ello en alusión a un rumor que se dio entre integrantes de la caravana, de que al llegar a México podrán entrar de manera masiva.
La dependencia dijo que quien quiera ingresar deberá apegarse a las leyes migratorias. “Esta autoridad es responsable hacer cumplir las disposiciones establecidas por la Ley de Migración y su Reglamento, durante el ingreso, estancia y salida de todas las personas migrantes en el territorio nacional, y observar puntualmente los protocolos sanitarios definidos por el Gobierno de México durante la emergencia sanitaria derivada del COVID-19”.
Añadió que el INM estará pendiente de que la internación de cualquier persona extranjera se lleve a cabo “con total respeto y salvaguarda a los derechos humanos”.