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“Es muy fácil venderle el sueño a unas niñas”: denuncian abuso y acoso en el deporte

Así inició la primer charla sobre el acoso y abuso sexual en el deporte mexicano, que se llevó a cabo en el programa Sostiene Pereyra, conducido por la periodista de deportes Bety Pereyra, en el canal Sin Embargo Al Aire.



La atleta acusó a Borrell de expresarle cosas que no tenían relación con su entrenamiento como deportista. Además, relató cuando le hizo comentarios sobre la fatiga y la carga acumulada de entrenamiento, que le causaron lesiones. Sin embargo, la respuesta del entrenador fueron amenazas, le dijo que la golpearía si continuaba opinando sobre su trabajo.


Fararoni también acusó a Emiliano Borrell de insinuaciones sexuales, por lo que, incluso, tendría una denuncia penal en su contra por parte de otra compañera de la pesista, situación que también fue del conocimiento de la Comisión Nacional del Deporte (Conade), que no sancionó el entrenador, pero sí señaló a la veracruzana de indisciplinada.


Además, las autoridades deportivas revictimizaron a las atletas que denunciaron la situación, pues preguntaron si las jóvenes habían provocado el acoso. Incluso, justificaron a Borrell, al decir que en Cuba, de donde éste es originario, “son muy sexuales”, por lo que debían respetar este aspecto.


Por su parte, Charlotte Bradley, Directora de Deporte y Mujer, consideró que el abuso y el acoso sexual en el deporte mexicano es una contante normalizada en este ámbito, en donde las autoridades ignoran las denuncias por estas violencias, y ven como ajena dicha problemática.


Otra de las invitadas fue Azul Almazán, exclavadista olímplica, quien en 2000 denunció que fue víctima de abuso, psicológico, sexual y físico por parte de su entrenador Francisco Rueda, quien se valió de su experiencia profesional para cometer estos abusos.


denunciar los abusos de los que fue víctima, sus padres también fueron señalados por haber permitido que su hija fuese entrenada por Rueda, a lo que Almazán dijo que aunque no había un precedente de una denuncia pública, sí había varios casos similares a los abusos de los que fue víctima, que también resultó en hostigamiento de otros entrenadores y medios de comunicación, los cuales la obligaron a salir del país.


Almazán lamento que a 20 años de denunciar las agresiones que sufrió, su exentrenador no haya recibido un castigo, y en su lugar recibió disculpas, lo que Azul señaló como impunidad, debido al contexto que se vivía en ese momento, en el que no era común que una joven hiciera públicos este tipo de abusos.


Asimismo, consideró que las y los atletas mexicanos no deberían creer que el acoso y hostigamiento sexual dentro de ámbito deportivo es el “precio que deben pagar” para triunfar en alguna disciplina, y en su lugar se debe educar sobre lo que está permitido y lo que no, y las consecuencias de cruzar estos límites.

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